martes, 18 de noviembre de 2008

ESTRUCTURALISMO
Representante:
Wilhelm Wundt, 1832-1920. Wundt merece el crédito de hacer de la psicología una ciencia independiente, separada de la filosofía. El entrenamiento original de Wundt fue en medicina, pero llegó a interesarse profundamente en la psicología. En su laboratorio, Wundt investigó cómo se combinan las sensaciones, imágenes y sentimientos para formar la experiencia personal.
El libro de Wundt, Principios de la Psicología (publicado en dos partes en 1883 y 1884), estableció la psicología como una ciencia experimental que utilizaba métodos derivados de la fisiología. Wundt quería estudiar la estructura básica de la mente humana -lo que está más allá de sus funciones o su propósito o de lo que hace-. Para llevar esto a cabo desarrolló el método de (a introspección analítica.
Renovó la técnica de la antigua introspección, o la autoobservación, añadiendo precisos controles experimentales. Posteriormente procedió a analizar o descomponer la mente en sus componentes elementales (tales como la experiencia básica de la visión del color). Wundt puso gran énfasis en la experimentación fisiológica. Estas investigaciones implicaban medidas bastante simples, tales como el tiempo de reacción (la cantidad de tiempo que se necesita para reaccionar ante un nuevo estímulo; como, por ejemplo, el número de segundos que transcurren entre el destello de luz fuerte y el parpadeo del individuo).
Su trabajo generó una considerable resistencia, en parte porque algunos de sus colegas pensaban que demasiados exámenes de la mente podrían causar la locura, mientras otros opinaban que tales experimentos «ofendían a la religión al poner el alma humana en una balanza» Uno de los alumnos de Wundt, Edward Bradford Titchener (1876- 1927), definió el trabajo de su maestro como «estructuralismo» y lo dio a conocer en América Titchener opinaba que la nueva psicología debía analizar la consciencia reduciéndola a sus unidades elementales. Para él, la estructura de la mente humana consistía en más de 30.000 sensaciones, sentimientos e imágenes separadas, y nada más.
No es difícil entender porqué el estructuralismo murió en Titehener en 1927. Aparte del hecho de que dejara de lado temas tan importantes como la motivación, las diferencias individuales y los trastornos psicológicos (además de otros), el aislamiento de los elementos individuales de la mente humana a mucha gente le parecía antinatural y estúpido. Por ejemplo, un estructuralista no podía decir «veo una moneda», porque tal afirmación sería errónea al no dividirla en sus distintos elementos -esto es: pequeña, redonda, plana, de color de cobre y metálica- y porque referirse al objeto como «una moneda», y no a los elementos que un observador ve, sería interpretar el objeto, no describirlo. Asimismo, un estructuralista no podría decir que dos personas situadas a distancias diferentes tienen la misma altura, debido a que la imagen visual de la persona más lejana es más pequeña que la de la más cercana. Además, el método no era verdaderamente científico, ya que cada introspeccionista (que tenía que estar rigurosamente entrenado en este método) describía sus propias sensaciones de una manera única y personal, existiendo poca fiabilidad entre los juicios de un observador y otro.
Las ideas de Wundt fueron llevadas a Estados Unidos por uno de sus estudiantes, un hombre llamado Edward B. Titchener. En dicho país, las ideas de Wundt fueron conocidas como estructuralismo debido a que se relacionaban con la estructura de la vida mental. Es decir, los estructuralistas esperaban analizar la experiencia en “elementos” o “bloques de construcción” básicos.
Los estructuralistas intentaron analizar la experiencia, sobre todo con el uso de la introspección. En este método, un observador podría sopesar una manzana y luego decidir que había experimentado los elementos “matiz” (color), “redondez” y “peso”
Pronto quedó claro que la introspección era una forma deficiente de responder muchas preguntas, porque los estructuralistas con frecuencia estaban en desacuerdo. Y cuando sucedía así, no había manera de dirimir las diferencias. Si dos investigadores llegaban con listas diferentes de sensaciones de sabores básicas, por ejemplo, ¿quién podía decir cuál era la correcta? A pesar de tales limitaciones, la “observación hacia el interior” todavía juega un papel. Los estudios de la hipnosis, la meditación, los efectos de fármacos, la solución de problemas, los estados de ánimo y muchos otros temas estarían incompletos si las personas no describieran sus experiencias privadas (por ejemplo, Mayer y Hanson, 1995).

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